miércoles, 12 de enero de 2011

DIGNIDAD



Siempre defiendo la idea del argumento en un partido. En función de las cosas que van pasando jugadores y técnicos toman decisiones.
Los primeros 40 min del Betis han sido de una calidad futbolística incuestionable. De repente Salva Sevilla se da un jardaso y en la contra subsiguiente llega el primer gol. Mala suerte.
En una de las jugadas siguientes balonazo al larguero que de haber sido gol habría conllevado una gran carga de justicia poética: En esos momentos muy probablemente más de la mitad de la audiencia deseaba ardientemente ese gol verdiblanco.
El final del primer tiempo arroja un balance muy equilibrado. El Barça ha dominado el balón, pero el dominio territorial ha estado muy repartido.
Durante otro cuarto de hora la eliminatoria sigue perfectamente abierta, pero la parada de Casto en primera instancia deja a la defensa buscando el balón. 2-0, no pasa nada, con un gol sería un buen resultado.
Hay que esperar hasta el min 73 para que el Barça demuestre la superioridad acostumbrada. El Betis adelantado (como ha de hacerlo un equipo que ya no teme perder), pase en profundidad y gol.
A partir de aquí uno ya se puede serenar, el corazón se te baja desde la garganta a su sitio habitual, junto al escudo.
Ya en esos ultimos minutos, con un Betis que todavía es capaz de arrinconar al Barça en alguna jugada de ataque, se puede uno relajar sabedor de que se ha hecho lo que se ha podido.
Al día siguiente, el dato del 5-0 ya no es noticia. En el recuerdo quedan la obra maestra de Iniesta y la enorme dignidad de un equipo que sabe sentar catedra perdiendo por goleada.
¡Cuánta grandeza!

En el partido de vuelta me gastaré los 200 euros de rigor. Con el Betis, todo es posible
MUSHO BETI

2 comentarios:

  1. A partir de aquí uno ya se puede serenar, el corazón se te baja desde la garganta a su sitio habitual, junto al escudo.

    Esa frase me ha gustado mucho, la utilizaré en algún momento con o sin tu permiso, citándote, por descontado. El Betis abrió el camino ayer, Pepe Mel empequeñeció a muchos grandísimos entrenadores, y sus jugadores no le fallaron.

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